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Inflamación, la invitada no deseada y como deshacerte de ella.
Mala memoria, falta de concentración, mal humor, irritabilidad, dolor generalizado, dolor de cabeza, falta de vitalidad , falta de fuerza , pérdida de función muscular y un largo etcétera , todo ello puede tener una base inflamatoria crónica.
Sentirse bien, es el estado natural del ser humano.
Si no nos encontramos bien al 100% quiere decir que hay algo a solucionar, quizá no podamos o nos suponga una gran batalla pero por lo menos tenemos que asumir que hay algo ahí, en lo que necesitamos trabajar.
La inflamación es un sistema de defensa y de reparación, sirve para eliminar aquello que nos daña y para reparar el tejido que ha sido dañado.
Y a su vez es la raíz o la base de la mayoría de nuestras enfermedades.
¿Cómo es esto?
Tenemos que distinguir entre dos tipos de inflamación, con los mismos mecanismos. Una es breve e intensa a la que llamamos inflamación aguda y otra mantenida en el tiempo, que no se ve, que la mayoría de gente no sabe que la tiene y que es la responsable de multitud de enfermedades y muchas de ellas muy graves. Es la invitada no deseada de nuestro cuerpo a la que llamamos inflamación crónica.
Para concretar un poco más:
Inflamación aguda
Es esa respuesta inmediata de una agresión por un corte, una torcedura de tobillo, la picadura de un insecto, una toxina o una sustancia a la que tenemos alergia, un virus, una bacteria….
En ese momento vemos que la parte agredida se nos hincha, se pone roja, se calienta, duele, si es una articulación no podemos moverla y nuestro cuerpo responde activando el sistema de inflamación que no es otra cosa que una herramienta de defensa para curarnos.
En definitiva, la inflamación aguda es una respuesta concreta y limitada en el tiempo.
El problema es que esa inflamación aguda inmediata directamente asociada a un agresor se puede prolongar en el tiempo y es lo que llamamos inflamación crónica cuando va más allá del tiempo necesario para curar para reparar algo o puede ser muy exagerada y desbordar la capacidad de nuestro organismo y en lugar de curarnos volverse nuestra contra qué es lo que estamos viendo con la COVID-19.
Inflamación crónica
Puede parecer que no hay un agente que está provocando la inflamación, pero hay un goteo continuo por ejemplo en forma de alimentos inflamatorios, toxinas del ambiente, de la contaminación, de las radiaciones o incluso una toxina emocional.
Un estrés físico o emocional mantenido en el tiempo, mucha preocupación, un disgusto, un familiar o una persona muy querida de la que tenemos que cuidar, nos supone una carga continua a nivel emocional y mental, eso actúa también como desencadenante de una inflamación que se va a prolongar en el tiempo.
Cuando estamos en ese tipo de situaciones, se produce una respuesta hormonal muy fuerte y eso produce una cascada y un efecto físico que se puede manifestar de esta forma.
Y aunque no se ve un nexo de unión en estas situaciones, sí que lo hay y la consecuencia es una inflamación subyacente crónica mantenida, que va generando un daño a nivel celular.
Un daño de todas las funciones de nuestro organismo que nos va deteriorando a nivel físico, a nivel mental y a nivel emocional porque falla la producción de neurotransmisores, porque falla la conexión entre las neuronas, porque estamos generando radicales libres, que dañan nuestras mitocondrias.
Resultado, no tenemos la energía suficiente para afrontar el día a día porque estamos produciendo constantemente citoquinas.
Esas citoquinas, son moléculas que favorecen la inflamación y que van erosionando nuestras células intestinales, dañando nuestras células renales, las células del hígado, los vasos sanguíneos…. un goteo continuo a nivel global.
La inflamación crónica aunque no la vemos, nos está robando salud y bienestar, incluso años de vida. Está relacionada directamente con el desarrollo de 7 de las 10 enfermedades más comunes y con mayor tasa de mortalidad de nuestro mundo occidental.
La buena noticia es que hay muchas cosas que podemos hacer, tenemos la herramienta de la nutrición y cambiando la forma en la que nos alimentamos y el estilo de vida podemos despedir a esa invitada no querida.
Ahora sé lo que estás pensando…. pero este no es mi caso, porque me han diagnosticado esta o esta otra patología y no me han dicho que tengo inflamación.
Para hacerte una idea, voy a enumerar algunas de las muchas disfunciones, patologías , enfermedades, que tienen de base una inflamación crónica.
Comenzaré con el SOBREPESO y la OBESIDAD,la verdadera Pandemia de nuestros días.
En España casi el 40% de la población sufre de sobrepeso y casi un 22% sufre obesidad. Si sumamos las dos cifras resulta que un 66% de la población tiene un problema de salud, aproximadamente 7 de cada 10 personas.
Estoy gordo pero no inflamado
¿seguro?
En el sobrepeso y la obesidad hay un problema de inflamación, cuando acumulamos grasa estamos aumentando la fuente de producción de citoquinas que son una de tantas moléculas implicadas en la inflamación.
Si estás gordo es muy probable que estés inflamado aunque en general hay un total desconocimiento.
Cuando hay un exceso de peso hay que enfocarse en una dieta antiinflamatoria, porque sin saberlo, está habiendo una inflamación que está generando un daño en todo el organismo.
La obesidad no es solo una cuestión estética, hay que tener muy presente que produce una cascada de consecuencias negativas para la salud, mucho más allá de lo que se pueda pensar.
La obesidad es un problema de salud, se habla de síndrome porque es una enfermedad, una alteración, un trastorno que conlleva muchas manifestaciones.
Está provocando una inflamación continua un día tras otro, una hora tras otra, es una cascada que hay que cortar en algún momento porque si no acaba con nosotros.
Algo que hay que tener muy en cuenta es que entre esas células que se pueden alterar se pueden producir cambios que llevan a la aparición de células cancerosas y la inflamación es el origen de algunos tipos de cáncer.
Cuando hay obesidad abdominal, las células adiposas del abdomen liberan citoquinas inflamatorias, por eso la obesidad abdominal está directamente relacionada y es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular.
La inflamación puede verse o no verse. Si se inflama una rodilla, se pone caliente, hinchada, duele ….eso es muy visible, llama mucho la atención, hay una inflamación manifiesta.
Pero puede haber una inflamación que no se ve, como la inflamación del tubo digestivo y el daño de las células intestinales, entonces duele la tripa, se hincha, hay gases… ahí está habiendo una inflamación que no vemos, es esa invitada no deseada en nuestra vida que está muy presente.
A veces es una ligera molestia en la cual ni siquiera nos fijamos, pensamos que es normal no estamos del todo bien, no llega a doler , pero no nos sentimos bien.
Diabetes, otra pandemia, es una enfermedad ligada a la inflamación crónica.
En este caso la inflamación se activa por el consumo de alimentos que son desfavorables o alimentos de alto índice glucémico que elevan de forma brusca la glucosa en sangre y con ello la producción de insulina.
Esto activa la inflamación y la producción de radicales libres que lesiona los tejidos, a la vez que se produce una activación del sistema inmune que ataca a las propias células de nuestro cuerpo y en particular a las células productoras de insulina.
Enfermedades del sistema nervioso, esclerosis múltiple, parkinson, demencias, alzheimer, tienen una base inflamatoria y sin irnos a cuadros tan graves, una mala memoria, una falta de concentración, un mal humor, irritabilidad.
En los músculos el dolor, la falta de fuerza y la falta de funcionalidad a nivel muscular tiene una base inflamatoria, un problema de inflamación crónica.
Osteoporosis-cuando hay una inflamación crónica a nivel de los huesos se produce un exceso de respuesta que impide la correcta reparación, la correcta formación de hueso y entonces es más fácil que con una caída, un golpe, que en otra situación no tendríamos ningún problema, se produzca una fractura o una debilidad de los huesos, una pérdida de materia a nivel óseo por una base de inflamación crónica.
Alteraciones cutáneas que también son muy comunes, los eczemas, las rojeces de la piel, psoriasis, incluso el acné, tienen un componente inflamatorio y puede estar hablando de una inflamación crónica a nivel interno que no vemos, es muy buen hábito observar nuestra piel, y si se nos irrita, nos pica, nos molesta, algo está diciendo, algo tenemos que cambiar.
Reflujo gastroesofágico- irritación con inflamación de la mucosa digestiva.
Artritis, inflamación de las articulaciones.
Artritis reumatoide,- Hay un doble mecanismo.
La artritis que es una inflamación de las articulaciones o sea que es evidente y claro de que hay inflamación y que hay resolver para poder mejorar y además una enfermedad autoinmune.
La inflamación crónica favorece el desarrollo de enfermedades autoinmunes, porque acaba agotando y desconcertando a nuestro sistema inmune, deja de funcionar correctamente y ataca a estructuras propias entendiendo que son ajenas y que pueden ser un peligro.
En el mecanismo puede estar implicado el consumo de alimentos que son proinflamatorios y que además son activadores de esa reacción cruzada del sistema inmune entre agentes agresores externos como pueden ser virus, bacterias o toxinas y sustancias propias.
Rinitis, inflamación de la mucosa de la nariz.
Depresión– es un daño del sistema nervioso por una inflamación crónica. Alteración de neurotransmisores y de determinadas hormonas que producen esa alteración del estado de ánimo, tristeza, melancolía, miedo….. tiene una base inflamatoria.
Hipotiroidismo de hashimoto– Enfermedad autoinmune con base inflamatoria, debido a múltiples causas se ha descubierto la asociación con ciertos virus, bacterias, metales pesados, estrés.
El estrés o el cortisol alto altera el funcionamiento de las hormonas tiroideas, y agrava el mal funcionamiento de la tiroides.
Endometriosis– producción citoquinas e interleuquinas que irritan los tejidos y producen dolor, molestias,hinchazón…base inflamación crónica.
El dolor menstrual la hinchazón con la regla, todo eso también habla de inflamación, hay ciertos alimentos que favorecen la producción de estrógenos con un componente o con una actividad pro-inflamatoria.
Estos estrógenos, hormonas femeninas inflamatorias, están relacionadas con todo el síndrome premenstrual, que se hinchen mucho las piernas, la sensación de pesadez, la tirantez, el dolor , la hinchazón abdominal cuando va a venir la menstruación.
¿Cuáles son estos alimentos?
Los de alto índice glucémico, azúcares, harinas refinadas, frutas muy dulces,….. que producen la elevación de la glucosa en sangre, favoreciendo la producción de citoquinas inflamatorias y de estrógenos con esa actividad inflamatoria, y eso se toma por normal, que suceda todos los meses.
Puede ser normal en el sentido de habitual pero no de natural, no tendría porqué ser así. Hay algo en la dieta, en el estilo de vida o igual se está expuesto a toxinas que nos están activando de una manera continua a un nivel bajo de tal manera que no da la cara, que no nos asusta, o no molesta en exceso pero está ocurriendo.
Es esa inflamación crónica subclínica que parece que no da la cara, pero está ahí.
Hipertensión arterial- problemas cardiovasculares asociados a la inflamación
La base de las enfermedades cardiovasculares tienen un componente de base inflamatoria.
Estrés crónico– estímulo constante para la liberación de sustancias proinflamatorias y la activación del sistema inmune. Con el estrés sube el cortisol (hormona del estrés) señal para liberar mediadores y células de la inflamación y empieza todo el daño al organismo.
Las personas que están sufriendo de estrés crónico, tienen muchos signos y síntomas de inflamación crónica pudiendo estar deprimidos, con dolor generalizado, falta de vitalidad , falta de fuerza, catarros, alergias, resfriados.
Contracturas musculares– inflamación y estrés crónico directamente asociadas favorecen también la mala gestión de los nutrientes.
El músculo es un órgano metabólico, no es un tejido muerto para levantar pesas, es un órgano fundamental, necesitamos músculo en buena cantidad y en buena calidad que esté sano porque hace una gestión muy importante de los nutrientes.
El músculo, es depósito y regulador de aminoácidos y estos están implicados directamente en el funcionamiento del sistema inmune y en la cascada de la inflamación así como en la reparación de los tejidos.
El aumento del hígado o la enfermedad del hígado graso no alcohólico (esteatosis hepática) también está relacionada con la inflamación.
El hígado es un gran depurador de nuestro organismo, tenemos que tener en buen estado el filtro principal de nuestro cuerpo que nos ayuda a eliminar tóxicos.
Además de que tiene un papel muy importante en el metabolismo de los alimentos, de las grasas, de las hormonas….
Lo bueno es que el hígado tiene una grandísima capacidad de recuperación, una gran plasticidad y cuando se hacen cambios en la alimentación y en el estilo de vida, se regenera.
La enfermedad por hígado graso es muy común hoy en día.
El daño renal también tiene un componente inflamatorio
Asma– crónica con base inflamatoria.
Covid 19- síntomas pérdida de olfato, del gusto, problema de inflamación exagerada.
El dolor muscular, la falta de silencio corporal, algo pasa porque no es el estado natural.
Hay que detectar estos signos de alarma, estos avisos y escucharlos.
La inflamación es como un dominó, lanza una pieza que va dando a todas las demás y se caen muchas cosas por el camino si vamos corrigiendo la posición de las fichas, también hay un efecto dominó positivo.
Al igual que podemos perpetuar un círculo vicioso podemos actuar y generar un círculo virtuoso , con la alimentación, el estilo de vida, y muchas herramientas que afortunadamente están a nuestro alcance, pero eso pasa por el conocimiento y eso es lo que intento con esta información.
Cuando una persona tiene una enfermedad con base inflamatoria, lo primero es hacer un cambio en la alimentación y en el estilo de vida para eliminar la inflamación y de esta forma será mucho más fácil abordar la enfermedad.
La ruta que debemos seguir para solucionar la inflamación crónica
- Reducir nuestros alimentos proinflamatorios
- Aumentar los alimentos antiinflamatorios
- Buena Hidratación y Salud Intestinal
- Actividad física
- Calidad del sueño
- Gestión del estrés
Plan Antiinflamatorio
Si decido que quiero tomar medidas concretas para intentar reducir la inflamación subyacente crónica en mi organismo y mejorar ,
¿por donde tengo que empezar?
De entrada hay que analizar, qué es lo que se está haciendo.
Lo más probable es que si una persona tiene una inflamación visible, va a tomar un medicamento antiinflamatorio tipo, aspirina, ibuprofeno, voltaren…
Está bien cuando hay que usarlos, ya sea porque tenemos una limitación a la movilidad grave, un dolor muy intenso o nos sacan una muela y se nos hincha la cara.
Hay que utilizar las herramientas que tenemos y los antiinflamatorios lo que hacen es bloquear el complejo molecular que facilita la inflamación o sea la hinchazón, el enrojecimiento, el dolor, la limitación a la función,…. lo bloquea para que no ocurra y por eso nos sentimos aliviados enseguida cuando tomamos un medicamento de este tipo.
El problema es que estos medicamentos tienen efectos secundarios graves, importantes, entre ellos el daño a las células de la mucosa intestinal, el daño a las células renales y al hígado.
Problemas intestinales son muy habituales hoy en día y son causa de mucho malestar, enfermedad y pérdida de calidad de vida.
El riñón y el hígado, son los filtros de nuestro organismo, si los dañamos y no funcionan bien nos vamos a estar auto-intoxicando.
Son tres órganos vitales para nuestra salud y nuestro bienestar, todo el daño a nuestras células nos va a pasar factura y hay que evitarlo.
Por tanto si hay una inflamación crónica, no podemos estar tomando estos medicamentos a largo plazo y lo que tenemos que hacer es un abordaje integral teniendo en cuenta la alimentación y el estilo de vida.
Eliminar alimentos Pro-inflamatorios
Primer paso, eliminar la inflamación, eliminar aquello que nos está activando la respuesta inflamatoria.
Si se trata de una toxina, un alimento, una sustancia pues habrá que eliminarlo.
En la dieta, lo primero es sacar los alimentos inflamatorios:
-Alimentos de alto índice glucémico
cuando se produce una elevación brusca y rápida de la glucosa en sangre, se activa la producción de citoquinas inflamatorias.
Azúcar y edulcorantes, refrescos, harinas refinadas, pan blanco, bollería, bollería industrial, galletas, frutas muy dulces tipo tropical, caramelos, dulces, miel, zumo industrial igual a un refresco.
-Grasas trans y grasas hidrogenadas, por ejemplo la margarina y los alimentos procesados que contienen estas grasas que hay que evitarlas porque son sustancias inflamatorias.
-Alimentos procesados, mirar el contenido en aditivos, en concreto el aspartamo y el glutamato monosódico tienen propiedades inflamatorias y están presentes en muchos alimentos procesados. Por lo que hay que leer las etiquetas y si presentan estos aditivos eliminar estos alimentos y no comprarlos.
-La fruta de alto índice glucémico – Es un alimento natural y por eso lleva a mucha controversia. Pero su ingesta no controlada, produce un desequilibrio de la glucosa que conlleva muchos problemas como el sobrepeso, la diabetes, enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina e inflamación.
Hay que comer poca o combinada con frutos secos para amortiguar la subida de la glucemia.
Pero hay que ir saliendo de la idea de que la fruta al ser natural es muy sana, Depende, hay algunas que si y otras que no.
-Los zumos aunque sean caseros disparan la glucemia y mucho más los industriales con gran cantidad de azúcares o edulcorantes.
-Eliminar los aceites vegetales refinados, purificados muy manipulados, son alimentos que favorecen la inflamación, y el daño cardiovascular. Limítate al aceite de oliva, aceite de coco, aguacate….
Hay otros aceites que no son hidrogenados ni purificados pero que favorecen la inflamación porque son ricos en omega 6 como por ejemplo el de girasol, maíz, semilla de uva, cacahuete , soja y hay que eliminarlos de la dieta.
Hay que tener en cuenta la salud de la persona, por ejemplo, una demencia que no se sospecha que puede tener una base inflamatoria pero que sí la tiene, un cáncer, una insuficiencia renal, una covid 19…. en estos casos hay que eliminarlos totalmente.
En el caso de una persona sana si queremos la excelencia debería evitar, igualmente, esos aceites.
La miel, es un alimento y un medicamento que tiene unas propiedades fantásticas, pero también tiene un problema que tiene el índice glucémico muy alto y por tanto nos eleva mucho la glucosa en sangre.
La miel artesanal, perfecta pero hay que colocarla en su lugar y su lugar puede ser tomar una pequeña cantidad o tomarla en momentos puntuales. Ya que por muy natural y ecológica que sea si la comemos en exceso deja de ser buena para nosotros.
La miel tiene unas propiedades curativas para nuestras mucosas de las vías respiratorias, nos cura la garganta cuando estamos inflamados, cuando tenemos una irritación, un resfriado.
Quizás en ese momento si podemos tomar un poco de miel con agua con limón, porque el limón es un alimento antiinflamatorio y nos va ayudar a cicatrizar y curar pero no va a ser una buena estrategia, estar tomando cucharadas de miel cada día porque va a favorecer la inflamación y se nos va a volver en contra.
La mantequilla orgánica y de pasto es un alimento extraordinario rico en Omega 3 que ayuda a combatir la inflamación, no así la margarina que hay que eliminarla de nuestra dieta totalmente.
La margarina se ha subido al pedestal de los alimentos sanos y está haciendo mucho daño.
Añadir alimentos Anti-Inflamatorios
Algunos alimentos estrella como son el aguacate, la sardina, la caballa, los boquerones, el pescado azul de tamaño mediano, pequeño.
Todo el pescado que sea salvaje.
Mantequilla ecológica, huevos ecológicos, la cúrcuma y el vinagre de manzana.
Aceite de oliva , aceite de coco…
Limón, limas, y los frutos del bosque.
En general los alimentos con colores, las verduras y las frutas de bajo índice glucémico de temporada y en el caso de las frutas pequeña cantidad, con diversidad de colores. porque en los pigmentos hay antioxidantes que nos ayudan a combatir la inflamación producida por los radicales libres.
Comer con colores, brécol, espinacas, todas las verduras de hoja verde.
La carne de ave, carne roja, de producción ecológica y de pasto. En las carnes de producción industrial hay una alta carga de toxinas, pesticidas, herbicidas, productos químicos que les dan para acelerar la producción y los piensos que comen son ricos en soja, y la soja es rica en Omega 6 proinflamatoria.
Hay que cuidar el qué y el cómo. Qué alimento elijo, cómo se ha producido y de donde procede.
Lo que ha comido lo que comemos, es muy importante.
Jengibre y especias como orégano, romero, albahaca... utilizalas en la cocina porque nos dan un gran juego e incluso tienen propiedades medicinales.
Té verde.
(Receta) Huevos antiinflamatorios- Cocinarlos en aceite de coco y espolvorear con cúrcuma y pimienta.
Buena Hidratación y salud Intestinal
Ligado a la dieta, la hidratación es fundamental.
Hay que estar bien hidratados, tener el agua en botella de vidrio, beber lo suficiente, de esta forma vamos a favorecer la eliminación de esas toxinas, y diferentes agresores, por la orina y por el sudor.
Agua con limón (zumo o rodajas de limón), agua con vinagre de manzana, que tienen propiedades antiinflamatorias, té verde, infusiones son una buena opción.
La hidratación, asegura la salud intestinal, favorece el flujo sanguíneo a todos nuestros tejidos para que todo funcione correctamente.
Curar la inflamación y prevenir, tener una buena salud intestinal, si hay daño repararlo, curar las intolerancias alimentarias, son acciones que debemos realizar si queremos estar sanos.
Actividad Física
El ejercicio físico mejora la circulación de la sangre por todo el organismo y también la circulación linfática y eso hace que podamos barrer de nuestros tejidos: toxinas, productos de deshecho y todo aquello que se ha ido acumulando que nos produce inflamación.
Con el ejercicio, hacemos llegar sangre limpia con nutrientes, con oxígeno, con todo aquello que necesitan nuestras células para estar sanas y en correcto funcionamiento.
Todo se recoloca y favorece el flujo sanguíneo y linfático para limpiar y nutrir.
Mejoramos nuestra postura, nuestro lenguaje corporal con un mejor alineamiento de nuestra columna vertebral y de las distintas articulaciones y tejidos.
Así que va a mejorar el funcionamiento de nuestro sistema nervioso.
Vamos a producir endorfinas, mejorar la producción de neurotransmisores y todo eso es salud para nuestro sistema nervioso y se sabe que reduce y mejora los niveles de inflamación.
Tenemos que respirar más y mejor y favoreciendo la eliminación de toxinas.
Con la respiración se van eliminando pequeñas partículas proinflamatorias.
Hacer una respiración consciente, en espacios abiertos y si no se puede hacer ejercicios de respiración en casa.
Gestión del sueño
Cuando dormimos hacemos una reparación de nuestro sistema nervioso, se ha visto que el sueño elimina las moléculas proinflamatorias a nivel del cerebro.
Las citoquinas y los radicales libres, producidos en la inflamación a nivel cerebral, dañan nuestras neuronas y es por eso que cuando estamos inflamados pensamos peor, estamos un poco abotargados, confusos, problemas de memoria, o el estado de ánimo.
Son las alteraciones más llamativas en las personas jóvenes, cuando no duermen bien se producen estos efectos porque su cerebro está sufriendo los daños de una inflamación por radicales libres y por citoquinas.
En las personas de mayor edad, lo que se produce es un deterioro cognitivo que puede acabar derivando en una demencia.
Hay que dormir, no es tiempo perdido, es necesario para nuestro organismo y para nuestro cerebro.
Al dormir se hace una depuración, una autofagia de las neuronas o de las células del sistema nervioso que están dañadas, es un sistema de reciclaje que hacemos mientras dormimos y eliminamos células que no están funcionando bien o que están envejecidas.
Mejoran las conexiones y las vías de comunicación entre las neuronas y el sistema linfático del cerebro elimina toxinas, y con eso se permite la llegada de líquido cefalorraquídeo, fluido nutritivo para el cerebro que llega renovado y limpio para cubrir y cuidar nuestras células nerviosas.
Durante el sueño el organismo se repara y se regenera y hay que respetarlo.
Si el sueño fuera prescindible, la evolución ya se hubiera ocupado de eliminarlo y si la evolución va ajustando los procesos para optimizar nuestra vida, ¿cómo iba a dejar que durante un tercio de nuestra vida estuvieramos desconectados, improductivos y a riesgo que poder sufrir un ataque de otro animal o de la naturaleza?
Con el sueño no hay trucos, no hay atajos, hay que dormir y hacer un descanso de calidad
Gestión del estrés
El estrés es un potente estresor pro inflamatorio, que debemos mitigar en la medida de lo posible.
A veces no se puede hacer nada para eliminarlo de tu vida pero si se puede mitigar sus efectos, buscar hobbies, música relajante, meditar, lo que le vaya mejor a cada uno.
Todo es una balanza de daños y beneficios. Nada es blanco o negro y todo está dentro de un contexto.
Cada persona tiene que encontrar su camino con su vida y sus circunstancias y hacerlo lo mejor posible.
Para finalizar,
La inflamación puede no ser visible pero estar provocando un daño constante al organismo a todos los niveles pudiendo desencadenar en enfermedades muy graves. Tenemos herramientas para combatirla.
Conviene y merece la pena hacer un cambio de dieta y una mejora en nuestro estilo de vida, para acabar con esa invitada no deseada.